Hay calma chicha en el mercado de divisas. Los inversores están muy atentos al discurso de la Sra Yellen el día de hoy. El mercado espera con ansias cada indicador importante de la economía estadounidense. Cuando el jueves, 2 de junio, fueron anunciados los datos positivos del mercado laboral de Estados Unidos hubo poca reacción, lo que hizo evidente que toda la atención se centró en las nóminas no agrícolas del viernes que resultaron desastrosamente bajas. La confianza en que la tasa aumentará en la próxima reunión de la FED, el 15 de junio, fue sustituida por la incertidumbre y el pánico. La moneda estadounidense ha perdido una parte significativa de su valor. Hoy esperamos la opinión del "árbitro" en cuanto al futuro de la economía estadounidense. Los principales pares de divisas se negocian en un rango estrecho de 50-70 puntos, a la espera de lo que va a decir Janet Yellen: si ella calmará el pánico del mercado y confirmará sus intenciones de aumentar la tasa, o si el empleo en el sector no agrícola ha jugado una broma cruel con el tipo de interés de la FED. Opino que hay más posibilidad de que el tono de la Sra. Yellen será moderado, por lo que tratará de allanar el pánico de los inversores, confirmando sus intenciones alcistas en cuanto a la tasa de interés básica. No obstante, quién tiene razón lo sabremos más adelante.

Entre las principales monedas que están sujetos a una mayor volatilidad y el impacto de los factores fundamentales, está la libra esterlina, la cual ha recibido hoy una nueva serie de encuestas con respecto al estado de ánimo de los ciudadanos sobre la salida del Reino Unido de la UE. La publicación de la encuentra provocó el declive de la moneda británica, ya que volvió a revelar que el sentimiento dominante entre los habitantes del Reino Unido sigue siendo separatista (45% votaron por la separación, 41% quieren seguir con la UE, y el resto se quedó indeciso). La publicación de datos de las encuestas aumenta en gran medida la volatilidad de la moneda británica. Lo más probable es que estos "ataques" de la volatilidad seguirán hasta el referéndum que tendrá lugar el 23 de de junio de 2016. Es posible que para el Reino Unido la separación de la débil economía europea sea un paso positivo a medio plazo, pero en el próximo par de años, esta decisión llevará la reestructuración, la recesión, y la ralentización de la economía británica al menos 3,5%.